miércoles, 4 de junio de 2008

Declaración del presidente del Grupo de Amistad y Solidaridad del Pueblo de Cuba del Parlamento Europeo


Bruselas, 27 de mayo de 2008


Conferencia sobre "la normalización de las relaciones Unión Europea-Cuba: las potencialidades de la cooperación al desarrollo", celebrada en el Parlamento Europeo. Bruselas, 26 de mayo de 2008

DECLARACIÓN DE MIGUEL ÁNGEL MARTÍNEZ, PRESIDENTE DEL GRUPO DE AMISTAD Y SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO DE CUBA DEL PARLAMENTO EUROPEO


En la sede del Parlamento Europeo en Bruselas, se ha reunido el día 26 de mayo de 2008 una Conferencia sobre "La normalización de las relaciones Unión Europea-Cuba y las potencialidades de dicha normalización sobre la cooperación para el desarrollo". El encuentro estaba organizado por el Grupo de Amistad y Solidaridad con el Pueblo de Cuba que opera en el seno de la Eurocámara y el Grupo Sur que es una red de organizaciones no gubernamentales radicadas en países de la Unión y que tienen una amplia experiencia en actuaciones solidarias y de cooperación en Cuba y en otros muchos países en desarrollo.

Participaron en la Conferencia alrededor de doscientos hombres y mujeres, con presencia de Parlamentarios Europeos de los grupos Socialista, Liberal, Verde y de la Izquierda Unitaria, Parlamentarios nacionales, Embajadores y demás diplomáticos de numerosos países de América Latina y de África, funcionarios de las distintas instituciones comunitarias y muchos responsables de organizaciones solidarias nacionales y europeas encuadradas en el entramado del Grupo Sur. Entre los oradores que tomaron parte en las distintas Mesas Redondas cabe destacar la presencia del Comisario Europeo para el Desarrollo y la Acción Humanitaria, Louis Michel, y alguno de sus principales colaboradores, así como los Vicepresidentes del Parlamento Europeo, Manuel dos Santos y Miguel Ángel Martínez, este último, Presidente del Grupo de Amistad y Solidaridad con el Pueblo de Cuba. Otra personalidad que tuvo una participación muy relevante fue el Sr. Ibrahim Omar Touré, Ministro de Sanidad de Mali, completando el elenco de intervinientes el Embajador de Cuba, Elio Rodríguez, el ex Presidente del Parlamento y actual Presidente de la Comisión de Desarrollo, José Borrell, y el Vicepresidente del Grupo de Amistad y solidaridad con el Pueblo de Cuba y eurodiputado Willy Meyer, así como varios expertos venidos de La Habana y Xavier Declercq, Donatella Oldrini, y Iosu Perales, dirigentes del Grupo Sur.

La Conferencia se dividió en dos grandes espacios que luego aparecieron como estrechamente ligados entre sí. En el primero de ellos se pasó revista a la labor que Cuba viene llevando a cabo en el ámbito de la cooperación Sur/Sur, es decir, realizando programas solidarios en países del Tercer Mundo, todos ellos destinados a hacer realidad los Objetivos de Desarrollo del Milenio o encuadrados en acciones de ayuda humanitaria para paliar efectos de catástrofes o conflictos. El testimonio del Ministro maliense y de jóvenes de países como Honduras, Guatemala o Togo, formados como médicos o como educadores en los distintos programas analizados, fue sencillamente impresionante, tanto como lo fueron las cifras de cooperantes embarcados en los proyectos de cooperación en curso. Cabe destacar una frase de uno de los beneficiados por esta cooperación -"Cuba no aporta, como sucede a veces con los países del Norte, lo que le sobra, sino que comparte lo que tiene y que a veces es incluso insuficiente para resolver sus propias necesidades"-. Especial énfasis se puso en describir proyectos de cooperación triangular en los que Venezuela o Sudáfrica están participando en la financiación de iniciativas en las que Cuba pone el saber de sus expertos y los países africanos o latinoamericanos ponen el esfuerzo logístico local.

Precisamente con este planteamiento se llegó al siguiente gran tema objeto de estudio en la Conferencia: la necesaria normalización de las relaciones entre la Unión Europea y Cuba y el impacto que tal normalización podría tener en beneficio del desarrollo de muchos pueblos; el de los cubanos en algunos ámbitos, y acaso más aún el de los muchos países del Tercer Mundo. Quedó claro que esa normalización de relaciones es una necesidad de coherencia por parte de la Unión Europea y un paso adelante que reportará beneficios para Cuba, por supuesto, para muchos países del Tercer Mundo en los que podrían articularse programas de cooperación triangular como los antes apuntados, y acaso más beneficios aún para la propia Unión Europea en su imagen, en su credibilidad y en el respeto y simpatía que recibirá de parte de muchos pueblos y Estados en desarrollo.

Hubo unanimidad para reconocer y proclamar que esa normalización requiere como condición indispensable y urgente que de una vez se eliminen las sanciones impuestas por la Unión Europea a Cuba en el 2003, suspendidas dos años después y que en la actualidad no tienen más virtualidad que la de bloquear el camino hacia unas relaciones normales y fructíferas, como las que la Unión puede estar manteniendo con cualquier otro país del mundo. De ahí que el mensaje principal de la Conferencia haya sido el llamamiento al Consejo Europeo de Asuntos Generales y Relaciones Exteriores que tratará este tema los días 16 y 17 de junio, para que dé un paso al frente y levante definitivamente las sanciones en cuestión.

La Conferencia subrayó el momento importante en que esta decisión va a producirse: cuando hay una serie de medidas positivas que se perfilan en Cuba y cuando la Unión Europea acaba de definir sus relaciones con América Latina y el Caribe como prioritarias en la reciente Cumbre de Lima. También cuando Cuba ve crecer su prestigio e influencia en el Caribe y en América Latina, y en momentos en que la Unión Europea, con la probable entrada en vigor del Tratado de Lisboa, va a convertirse en un significativo actor global que necesitará de aliados y de amigos para operar de forma constructiva en el escenario mundial de la globalización.

La esperanza manifestada por muchos participantes y oradores en uno y otro paneles fue que el Consejo Europeo siga la postura positiva adelantada por el Comisario Louis Michel y entienda la responsabilidad que tiene de romper las cadenas que han venido obstaculizando las relaciones entre la Unión Europea y Cuba, con las negativas consecuencias que esa obstaculización ha tenido en la percepción de los pueblos y de muchos Gobiernos de América Latina y el Caribe, así como en sectores de relevantes de la opinión pública europea.

Los participantes en la Conferencia y más precisamente las dos entidades convocantes, han comprometido su movilización y su confianza en que los 27 Gobiernos de los Estados Miembros actúen responsablemente en su reunión de los días 16 y 17 de junio, y al mismo tiempo se han comprometido para seguir desplegando sus mayores esfuerzos en el nuevo escenario que se ofrecerá con el diálogo y la cooperación que ya se empieza a dibujar en el horizonte, para apenas dentro de unas pocas semanas.

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